viernes, 26 de abril de 2013

La medicina es lo primero

Si estás leyendo esto y no estás relacionado con el mundo de la medicina puede que pienses que el título de esta entrada no es verdad. Si piensas estudiar medicina (o incluso si estás en primero o en segundo) estarás pensando para tus adentros: "chorradas, yo tengo una vida". Si estás en tercero o algún curso superior, siento decirte que te estás engañando a ti mismo/a.

Hay muchos estudiantes que se expresan diciendo: "estoy casado con la medicina", para referirse a que les ocupa mucho tiempo, pero más que como una unión matrimonial yo lo compararía con tener un hijo. Y ojo, que no he tenido ninguno, pero tan sólo con observar a mis padres, tíos, etc; se me hace clara la comparación.

Y es que cuando entras en la carrera eres consciente de ello, pero no del todo. Haces la prueba de acceso, la pasas y, de repente, estás matriculado. Transcurren unos meses plácidos hasta que llega el gran día y ¡PUM!, en un instante eres estudiante de medicina y tienes encima una responsabilidad que ni Spiderman. Los primeros días de clase vas conociendo a gente de cursos superiores y los ves como zombies neuróticos en los que "tú no te convertirás". Piensas que puedes seguir con tu vida normal (deportes, cursos de idiomas, actividades extraescolares y vida social en general), pero nada más lejos de la realidad, pasa un curso y tú, deportista marchoso, pesas diez kilos más y ni te apetece pisar una discoteca (miento, lo de las discotecas pasa más tarde). Primero te quedas una tarde en la facultad para hacer un trabajo y en menos tiempo del que te gustaría te ves que tienes un horario de ocho a ocho. Empiezas a faltar a la comida semanal en casa de los abuelos, luego a los cumpleaños y celebraciones varias, hasta que llega el momento en que tus padres te preguntan si te has independizado sin avisar previamente.

Y esto es así. Medicina son ojeras, insomnio y lágrimas resecas. Pero también es comer todos los días con los amigos, salir de la biblioteca porque te estás conteniendo la risa y la sonrisa de un paciente. Sí, yo lo compararía con tener un hijo. Porque es algo que es para siempre, y algo que aunque se lleve parte de tu vida anterior, completa una nueva; y cada pequeño triunfo que se consigue compensa todas las derrotas.

Por eso, se dan conversaciones así:

"- ¡Mañana es viernes!
- Los viernes ya no existen para mí...
- Bueno, puedes cambiar de vida. Puedes dejar la carrera y dedicarte a cualquier otra cosa, si ves que te cansa tanto. 
- No, no voy a hacer eso, me gusta lo que hago"

Así que sí, la Medicina es lo primero. Aunque no quieras, aunque no te des cuenta. Pero eso no quiere decir que sea nada malo, ni nada bueno. Simplemente, es lo primero.

3 comentarios:

  1. ¡Qué bonito que escribes las cosas que son tan verdad! Yo tengo un poco de miedo de volver el año que viene a la ULPGC y dejar de morirme de alergia corriendo al lado del río y olvidarme de comer a una hora decente, pero echo de menos las tardes de "estudio" en las sillas cómodas y las historias de zombies del CULP (y la zanga). El año que viene voy a superar la depresión post-erasmus muy rapidito y a volver con toda la ilusión del mundo a recuperar los kilos que estoy perdiendo si puedo cagarme en todos los muertos de los profesores contigo. Y con café. Porque EL CAFÉ ES IMPORTANTE.

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  2. No sabes cuánto me alegra que vuelvas...y que tomes café jajaja

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